sábado, 26 de febrero de 2011

Coplas populares de Argentina

No todo es crítica en nuestro existir, no todo es información gélida, terrible; tenemos también nuestro corazoncito; en ese entender copiamos algunas coplas de la literatura popular argentina. Hemos escogido las más creativas, con sonoridad significativa, ocurrentes.

En la falda de aquel cerro
llora triste un gavilán
no llora porque tiene hambre,
sino porque es animal.



En la orilla de un río
cantaba un sapo,
y en su canto decía:
¿con qué me tapo?


Un diablo se cayó al fuego
y otro diablo lo sacó,
y otro diablo le pregunta
¿cómo diablos se cayó?


Mujer vieja es un fantasma
que nos espanta al mirar,
y si es joven es un potro
que no se puede domar.


Es mejor querer a muchas,
cuantas más sean, mejor;
si una te hace una herida,
otras calman el dolor.
Me aconsejan que en amor
no me tire a lo más hondo;
que el amor es un limón
que tiene amargo el fondo.


No seas así mi negrita,
entregame el corazón,
amor pobre y leña verde
arden cuando hay ocasión.


Comiendo se mata el hambre,
bebiendo se va la sed;
y enseñando la moneda
se conquista a la mujer.


Los hombres son los ratones
y las mujeres el queso;
el matrimonio es la trampa,
yo no me caso por eso.


Por la luna doy un beso,
por el sol doy un montón;
por el mirar de esa chola
¡alma, vida y corazón!


Dame tu mano, paloma,
quiero subir a tu nido,
he sabido que estás sola
y a acompañarte he venido.
Hay mujeres como el gato,
de la misma condición;
aunque tengan plato lleno
siempre buscan su ratón.


Noche y día corre el agua,
noche y día gime el viento;
noche y día pienso en ti,
prenda de mi pensamiento.


El amor de la viudita
es como la lechuguita;
si uno la riega un poquito
ligerito resucita.


Cinco sentidos tenemos,
todos los necesitamos;
y a los cinco los perdemos
cuando nos enamoramos.


Dichoso del picaflor
que pica distintas flores,
yo me conformo con una,
con la flor de mis amores.


Si un día piensas matarme
no necesitas puñal,
con sólo dejar de amarme
el golpe será mortal.